Vivir en arriendo
Les cuento brevemente algunas de las experiencias que Daniela y yo transitamos mientras vivimos en arriendo.
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Claudia
10/9/20231 min read
No fue fácil vivir en arriendo especialmente porque no me alcanzaba para poder arrendar un apartamento o un sitio independiente, así que por algunos años tuvimos que vivir en arriendo en pequeñas habitaciones en casas donde habían muchas más personas con las cuales se debía compartir el baño y cocina.
Yo no estaba acostumbrada y me costó mucho entender que tenía que cuidarme y cuidar a la niña de todos los que allí vivían, aprendí a desconfiar y a defenderme a capa y espada. En una ocasión Daniela estaba en el patio y mientras yo lavaba los pañales ella vino corriendo tocandose las orejitas como mostrándome algo (aún no hablaba), le habían robado los aretes de oro que le regaló la madrina.
En otra ocasión me levanté para ir a trabajar, fui a la cocina para hacer el desayuno y... ¡Oh sorpresa!, me habían robado el cilindro de gas recién comprado, me dio rabia y frustración, pero entre tantas situaciones similares, me marcó mucho una vez que estaba haciendo una sopa sencilla con una presa de pollo (pues era para lo que él dinero alcanzaba), ese era el almuerzo de la niña, la bañé y la puse bonita para salir al parque, la senté en la cama para traer la sopa cuando destapé la olla y se habían robado el pollo; sentí rabia y tristeza de verdad no tenía nada más para cocinar en el momento ni dinero para comprar algo más, asi que fui a pedir comida donde un familiar como para no dejar a la niña sin comer pues me partía el alma no poderle ofrecer algo más.
Estas experiencias de compartir casa, arrendar y vivir de un lado para otro siempre dolieron y fueron difíciles de manejar. Le agradezco a la vida que con mucho esfuerzo después de varios años logré conseguir nuestro apartamento propio, del que luego del hablaré por que también hubo muchos altibajos en ese transitar.
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