Separar camas

¡Tarea difícil la de intentar dormir en camas separadas! En nuestro caso jamás se logró, realmente sufría más yo que la bebé, para ser sincera.

Al nacer Daniela tenía un lindo moisés al lado de mi cama, cada noche le ponía su pijama y la dejaba allí y empezaba mi suplicio, jajaja. Ella dormía pero yo daba vueltas en la cama encendía la pequeña lámpara, me sentaba y le ponía la mano en su pancita, en su nariz o le movía su manito, ¡Yupi! estaba viva aún, no recuerdo como, en algún momento decidí pasarla a mi cama para poder dormir pero ese no fue el remedio, desafortunadamente también me despertaba pensando que la podía ahogar, así que vino una decisión más drástica, jajajaj, ponerla sobre mi pecho ( ¡que gran idea!)

Yo dormía en posición de tabla y ella sobre mi pecho. Dormíamos delicioso, cuando quería teta solo la ponía al lado mío para que comiera y de nuevo encima para seguir durmiendo. Se acostumbró por supuesto, pues era práctico para mí y cómodo para ella.

Cuando tuvo su cama, como a los tres años, quise dejarla allí para por fin darnos espacio, le leí un cuento, apagué la luz y a dormir, no se a que hora de la madrugada sentí que me estaban mirando, me desperté y era ella paradita a los pies de mi cama con sus ojitos bien abiertos, tan pronto hizo contacto con los míos se soltó a llorar, la abracé y estaba helada me puse a llorar, la metí en mi cama y jamás volví a intentarlo. Daniela durmió conmigo hasta su adultez temprana y aún así a veces seguía buscando dormir conmigo cuando venía a visitarme.