Momentos felices y creativos

Mi mami y yo durante mi primera infancia no teníamos televisor, lo que hizo que ella usara sus habilidades más especiales para entretenerme y estimular mi imaginación y lenguaje. 

Recuerdo con mucha emoción las noches jugando al doctor "chinacu" donde mi mamá se dibujaba unos ojos y nariz en su mentón y la boca del doctor "chinacu" era la boca de mi mamá, ella se tapaba la nariz y los ojos con alguna pañoleta y yo podía tener conversaciones eternas con el doctor "chinacu" por qué me parecía demasiado gracioso ver la boca de mi mamá al revés, cuando hablaba y se movia hacía que la expresión del personaje fuera muy divertida y rara, lo disfrutaba mucho y le pedía que jugaramos a eso de manera frecuente.

Además mi mamá me contaba historias inventadas, que me gustaban tanto que siempre quería que ella pudiera repetirlas y repetirlas pero luego ella no se acordaba de todo lo que había dicho, así que añadía nuevos lugares, personajes y situaciones sin más. 

También solíamos tener solo un radiecito de esos de reloj y allí escuchamos mucha música sobre todo salsa, y a estas alturas de la vida cuando escucho las canciones de salsa de esa época me recuerda a mi mami y a mi acostadas en la cama, quizá mirando al techo, quizá agarradas de la mano, a veces yo encima de ella "miquiando" pero siempre cantando las canciones de salsa con pasión y a grito herido.

Para ser feliz no se necesita tener dinero, si, el dinero compra muchas cosas que hacen feliz a los seres humanos. Pero en la humildad y en la carencia también se aprende a hacer recursivo, sonreír y sobrevivir. Que nunca nos falte el amor y la imaginación para seguir construyendo ese lazo tan hermoso que tenemos mamá y yo.