Mi lucha contra el mundo

Tenía muchas cargas acumuladas: el abandono, el desamor, la frustración y una profunda tristeza por haber perdido a mi madre cuando era niña. Me sentía incomprendida, poco valorada y eso me llevó a la rebeldía y a manejar mal mis emociones en mi adolescencia y mi vida adulta. Luego de quedar embarazada todas estas emociones empeoraron por que no tuve el apoyo del padre de Daniela y tampoco el de mi papá; tuve que luchar contra el mundo, fui arrastrando con esa inmadurez emocional y una amargura que me llevaron a descargar parte de eso siendo dura con Daniela tanto en la cosas del hogar, como en lo académico, mis expectativas hacia ella eran bastantes altas, ya que no quería que pasara por lo mismo que yo. Esa dureza era exigirle como adulto, mirarla feo o contestarle cosas feas, jamás le dije groserías ni la golpeé, aún así siento que hubo momentos en que ella me tuvo miedo debido a mis acciones, eso me ha pesado siempre en el alma, le he pedido perdón y espero ella pueda perdonarme y sanar su corazón que es el más hermoso que he conocido. Esta reflexión nace de mis interacciones con otras personas y como muchas veces me etiquetan con X o Y nombres, sin mirar que detrás de esa persona hay una historia, dolorosa y que no se sanó y que por esa razón muchas veces tengo comportamientos que la gente no ve socialmente aceptables. Cada persona está viviendo su propia lucha y haciendo lo mejor posible para sobrevivir a situaciones que no quisieron vivir, pero que debieron enfrentar. En mi caso reconocí y aprendí que Daniela no tenía la culpa de mis vivencias previas y que ella había llegado para sanarme y ser mi guía hacía la felicidad y hacia ver la vida con otros ojos.