Del amor de madre al amor de mujer

En este blog te cuento lo que sentía cuando era una niña y mi mamá encontraba una pareja sentimental.

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Daniela

9/11/20232 min read

woman touch rainy glass
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Ser hija de una madre soltera fue lindo para mi. Lo recuerdo como una gran experiencia, además porque era muy consentida por mi mamá y tenía su atención para todo pues aparte de ser madre soltera yo era su hija única, sin embargo, recuerdo muy bien con un poco de vergüenza el hecho de que yo no quería compartir esa atención con nadie más y pues en mi etapa de desarrollo no tenia quizá el desarrollo emocional, ni cognitivo para reconocer que mi mamá más allá de ser mamá, también era mujer, cuestión que muchas olvidan o quizá no saben reconocer.

Así bien cada vez que mi mamá intentaba tener una relación y quería sentirse amada de otra manera diferente al amor que yo le podía brindar, ahí estaba yo siendo un pequeño tropiezo para que sus relaciones románticas no prosperarán, claramente era una niña y no dimensionaba el impacto que pudieran tener mis actos.

Obviamente no era 100% mi culpa, pues un niño no decide por los adultos, pero mis actitudes hacia sus parejas fueron siempre displicentes, sentía celos y entonces volteaba los ojos, ignoraba, o lloraba, me incomodaba que llegaran a la casa o que ella saliera con ellos.

Ahora que lo veo bien puedo entender que la niña que fuí, se sentía en riesgo de perder amor y atención, todo ese amor y atención que era solo para ella por pertenecer a una familia monoparental y ser hija única también y pues viéndolo así cuando nos sentimos en riesgo buscamos mecanismos de protección, así que mi manera de proteger ese amor y atención era alejándonos con mis comportamientos hacia ellos y defendiendo a capa y espada la preciada atención y el amor que debería ser solo para mi.

Ya de adolescente pude entender mucho mejor esta situación y no me oponía en absoluto, por el contrario mi mamá y yo nos volvimos tan buenas amigas que podíamos hablar de sus parejas y las mías sin tapujos, aconsejarnos, darnos nuestros puntos de vista y asi sentirnos escuchadas. Sin embargo nunca sabré si ese reconocimiento y esa madurez llegó muy tarde a nuestras vidas y quizá algún "buen hombre" pudo haberse ido y no querer luchar debido a mis actitudes.

Me gusta poder verlo como un aprendizaje y compartirlo desde el amor que se crea entre made e hija pero también reflexionarlo desde el sufrimiento y frustración que esa mujer joven que era mi mamá en ese entonces pudo haber sentido por estar en el medio de la maternidad y del ser mujer.